jueves, 22 de diciembre de 2011

Introducción. El primer día.



INTRODUCCIÓN

¡Santo cielo, cuánta mierda! Y esta %·$·$·%$·%& lluvia no para...

Evoco el pasado. Diciembre de 2011. Ha llovido mucho en este barrial. Igualito como aquel día de hace un año. Me acuerdo de ese día como si hubiese sido ayer. El río me trajo, nojoda, desde el otro lado. Todavía me sobo la mamarro de macana conque siempre atraigo cangrejitas. No me gusta mucho esta vida de estar comiendo mierda para poder vivir; pero, a falta de una playita agradable, ¿Qué le vamos a hacer?

Me presento: Soy un cangrejo. Sin nombre, sin apellidos. Pero feliz y gran echador de vaina, como debe ser todo cangrejo mierdero que se respete. Les cuento estas líneas desde lo más recóndito y oscuro de mi cueva. No es nada agradable si eres cangrejo, pero si Dios te hizo con un caparazón incómodo y una cara que espantaría al mismísimo Freddie Krueger, debes saber que para algo te hizo.

Les daría la mano, pero mis macanas son filosas y, peor aún, TIENEN BACTERIAS. Estuve toda una vida haciendo cuevas para mí y para la comuna de otros cangrejos que hay por acá. Así que sabrán Y SE IMAGINARÁN lo asqueroso que debo estar...

Recién llegué hace un año. El barro inclemente me arrastró hasta una barrera. De no ser por una rata que medio me ayudó a subir, vaya que todavía seguiría tratando de subir.

Seguí viendo a Raticio (así se hacía llamar) hasta que... bueno ya les contaré qué pasó con él durante el trayecto de mis relatos. Por los momentos, sólo me queda comenzar esta historia que parece no tener fin.

Si me permiten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario