Me confieso...
Pero antes, permítanme decirles lo siguiente:
No sé si lo que voy a escribir afectará (bueno, de todas maneras, ya me acostumbré a notar la ausencia de comentarios, y eso ya ni me afecta) la que pensarán de ahora en adelante de este blog. Pero me arriesgo: así, como cuando en toda batalla debo sacrificar una macana o una pata o un ojo para luego recuperarlos, también debo sacrificar un poco de mi credibilidad para ver si así tengo a unque sea un poco de su atención:
Me confieso...
Mi nombre en especial es Macanudo. De apellidos, Comemierda de Los Bajos Fondos. No me los dieron ni el nombre ni los apellidos, ni me bautizaron con ellos; podría decirles que con éstos me "autobauticé". Decidí adoptar este nombre y sus acompañantes no sé si como apodo, o como nombre, o como "auto-parodia" de mí mismo. Lo que sé es que desde que me ví solo por primera vez (al salir de mi estanque o cangrejal original, junto con mucho de mis hermanos, adopté este nombre). Y de ahora en adelante, si desean finalmente escribirme, agradeceré se me dirigan con este nombre...
Me confieso...
Tengo cerca de 34 años. Nací un día de la temporada de apareamiento de mi especie (no sé la fecha exacta, pero creo que fue en Noviembre si debo creerle a este site que conseguí). Una época loca, según mi difunto padre. Cuando los cangrejos, gracias a la gran cantidad de ñoña que había en el barrio (Venezuela para 1978 estaba prácticamente "forrada de billetes", gracias a la renta petrolera, según mi padre) eran de una talla casi descomunal.
Me confieso...
No viví dos años en la casa anterior. Por error de cálculo (ya la edad me afecta) llegué fue en 1999, cuando el primer deslave de Vargas. Por eso conocí a tanta gente que mencioné la otra vez. Ahora que me acuerdo, como que sé de Yeminia mucho, mucho más de lo que recordaba saber. Lo mismo de Blanquin y de Gallardo.
Me confieso...
La de la fotografía (en esta misma página, más arribita. Digo "La" porque es hembra, a juzgar por sus dos macanas del mismo tamaño), no soy yo. Ni siquiera sé porqué rayos la puse allí. Debe ser que me confundí de foto. Pero por lo menos, se los digo, casi casi se parece a mi primita. San Juan de Dios la tenga en su gloria (no, no murió, tiene una cueva en hospital San Juan de Dios. Tengo aañññooosss que no la visito. Voy a ver si un día de éstos...)
Me confieso...
Al momento de escribir estas líneas, lo que tengo es un fuerte dolor de cabeza debido al estrés de la calle. No es que mi nuevo hogar sea "demasiado alegre". Pero a veces los vecinos (el perro, el gato, algunas molestas cucarachas, unos "hijos de su gran..." grillos que no me dejan dormir de noche y ahora que adoptaron un loro más parlanchin que algunos aunque bien intencionados presidentes) hacen que te vuelvas LOCO Y QUIERAS DESENFUNDAR TU MACANAS Y TEÑIRLAS DE SESOS, VÍSCERAS Y SANGRE...
Perdonen el exabrupto. Debo controlar mis emociones...
jueves, 30 de agosto de 2012
lunes, 27 de agosto de 2012
Más liberal y "pasao" que nunca: Saludos, una vez más...
Mis fieles lectores (¿A quién engaño, por dios?, ¡este blog está más solo que una ratonera de ferretería!). Debo excusarme una y mil veces más por la demora en escribirles. He estado no ocupado. No. ¡INDECISO POR LO QUE DEBO DE ESCRIBIR! Los días y noches pasan interminablemente aburridos por los alrededores de mi nueva colección de cuevas. Antes, en la vieja casa, por lo menos me animaba a correr cuando veía la gran ola de agua de m**da con cloro pasar rauda por una de las cuevas. Ahora, tengo suerte de mover alguna de mis diez patas (una de ellas con hongo. Créanme, tanto calor provoca ronchas en los cangrejos como parásitos cuando hay demasiada agua. Somos animales muy delicados, ¡ah vaina!) cuando veo pasar una culebra que más bien, por lo desnutrida de la pobre, pareciera chico que fuese una lombriz...
Como dije, el aburrimiento en esta inmensa casa es constante. Y a los nuevos vecinos (los dueños de la casa) ni les importa si salgo ajoder por allí. Los muy viejos apenas se paran a medianoche a buscar algo en la nevera o a "hacer necesidades" en la poceta. Perdón, quise decir la "taza" (debo refinar mi lenguaje ahora que comienzo de nuevo, ¿se dieron cuenta que ahora tacho las palabras obscenas?). Por cierto que el perro que tienen, un pequinés algo "raro" y un gato blanco que deja mucho qué desear, ambos son mis nuevos compañeros de juerga.
Ustedes de seguro se acordarán que en Mayo pasado había advertido que no tenían perro, ¿Verdad?. Bueno, así parecía. Y todo estaba bien y sabros mientras descartaba la idea de que semejante bola de pelos no existía...¡PERO NOOOOOOO! Los muy "carismáticos" dueños de la casa tuvieron que adoptar un perro que le regalaron (su grandísima madre laputa perra de enfrente tuvo cachorritos quién sabe de qué sarnoso de esquina y uno de los malnacidos -porque salió marico el pobre- tuvo que venir a parar aquí) unos vecinos tan viejos y decrépitos como ellos...
Y el gato como que venía incluído en el paquete. Una "promoción". Porque hasta lo trajeron con una campanita demamagoebo en el cuello y todo.
¡AY, TAN BONITO EL FLAMANTEMARICO! Aquí una foto de dicho ejemplar, degustando el olor de una de su plantas predilectas (creo que las hierbas raras que se fuma inciden en su comportameinto sexual):
El palomo a veces, creo que los fines de semana, lo veo por allí. Cuando aterriza de las matas hasta el patio central.
"¡BICHO!"-a veces me dice mientras mira al gato de reojo cuando entra en su sesión de hierba-"¡CANGREJAZO, MOSCA CON ESTOS TIPOS!"
Por cierto que en estos días tuve el privilegio de ser juez y árbitro en una "amarga" discusión entre el felino y el perro. Peleas de locas perdidas, así las veo yo. Nada comparado con las verdaderas peleas con mis antiguos compañeros de la casa anterior; ésas sí eran peleas: arañazos, mordidas, mentadas de madre, maldiciones, amenazas de muerte memorables como "más te vale que esta noche duermas afuera, gatomamagoebo, porque te voy a descoñetá si te vuelvo a ver" por parte del perro al gato cuando lo molestaba (casi siempre), y el gato riéndose el muy coño de su madre en un rincón, ¡CUANTO LOS ECHO DE MENOS!
En fin: el perro (Chicolino) y el gato (Pelusa, a pesar de que es "macho") en cuestión tenían este fin de semana que pasó (por cierto, mis sensibles palabras de condolencia a los familiares de las víctimas de esta lamentable tragedia que enlutece nuevamente al país. Amuay será una herida que como Tacoa y Tejerías jamás podrá cicatrizar) una singular pelea: no peleaban por un hueso, o por querer ser el "favorito de la ama" o el que tenga el privilegio de acurrucarse cualmarico ante los pies del amo.
No; esta vez era algo más risible...¡PANA, ES QUE SI SE LOS CUENTO NO ME LO VAN A CREER! Yo sabía que estos sujetos eran "pargos" pero esto rebasó los límites de lamariconería un rato largo...
¿Se los digo?
¡ESTABAN PELEANDO POR SABER CUÁL DE LOS DOS TENÍA LA COLA MEJOR CUIDADA Y BONITA COMO PARA QUE SE LA SOBEN!
Sabía que se íban acagar de la risa. Créanme, pasé todo el fin de semana agüantando la risa; aunque hubo un momento en que no me contuve, chamo, ¡en serio! (estos dos son tan patos que hasta les molesta ¡MUCHACHO, QUE SI NO! si se burlan de su "condición"). Yo, como humilde pero buen crustáceo que no tiene tiempo para mamarrachos (pero con el mero respeto y diplomacia, para no decir cobardía) ni estar opinando acerca de asuntos raros que me puedan perjudicar a futuro, les dije:
-"Miren, señores; lo lamento, quisiera ayudarles en su litigio y todo eso; pero ustedes sabrán ya que se acerca el período de lluvias y tengo que acondicionar mi cueva. De veras, perdonen".
Pensaron que no me causaría risa tanto desmadre. O al menos eso pensé porque el lunes ni me miraban. ¿Se habrán dado cuenta que me reí de ellos? Vaya usted a saber...
Como dije, el aburrimiento en esta inmensa casa es constante. Y a los nuevos vecinos (los dueños de la casa) ni les importa si salgo a
Ustedes de seguro se acordarán que en Mayo pasado había advertido que no tenían perro, ¿Verdad?. Bueno, así parecía. Y todo estaba bien y sabros mientras descartaba la idea de que semejante bola de pelos no existía...¡PERO NOOOOOOO! Los muy "carismáticos" dueños de la casa tuvieron que adoptar un perro que le regalaron (su grandísima madre la
Y el gato como que venía incluído en el paquete. Una "promoción". Porque hasta lo trajeron con una campanita de
¡AY, TAN BONITO EL FLAMANTE
El palomo a veces, creo que los fines de semana, lo veo por allí. Cuando aterriza de las matas hasta el patio central.
"¡BICHO!"-a veces me dice mientras mira al gato de reojo cuando entra en su sesión de hierba-"¡CANGREJAZO, MOSCA CON ESTOS TIPOS!"
Por cierto que en estos días tuve el privilegio de ser juez y árbitro en una "amarga" discusión entre el felino y el perro. Peleas de locas perdidas, así las veo yo. Nada comparado con las verdaderas peleas con mis antiguos compañeros de la casa anterior; ésas sí eran peleas: arañazos, mordidas, mentadas de madre, maldiciones, amenazas de muerte memorables como "más te vale que esta noche duermas afuera, gato
En fin: el perro (Chicolino) y el gato (Pelusa, a pesar de que es "macho") en cuestión tenían este fin de semana que pasó (por cierto, mis sensibles palabras de condolencia a los familiares de las víctimas de esta lamentable tragedia que enlutece nuevamente al país. Amuay será una herida que como Tacoa y Tejerías jamás podrá cicatrizar) una singular pelea: no peleaban por un hueso, o por querer ser el "favorito de la ama" o el que tenga el privilegio de acurrucarse cual
No; esta vez era algo más risible...¡PANA, ES QUE SI SE LOS CUENTO NO ME LO VAN A CREER! Yo sabía que estos sujetos eran "pargos" pero esto rebasó los límites de la
¿Se los digo?
¡ESTABAN PELEANDO POR SABER CUÁL DE LOS DOS TENÍA LA COLA MEJOR CUIDADA Y BONITA COMO PARA QUE SE LA SOBEN!
Sabía que se íban a
-"Miren, señores; lo lamento, quisiera ayudarles en su litigio y todo eso; pero ustedes sabrán ya que se acerca el período de lluvias y tengo que acondicionar mi cueva. De veras, perdonen".
Pensaron que no me causaría risa tanto desmadre. O al menos eso pensé porque el lunes ni me miraban. ¿Se habrán dado cuenta que me reí de ellos? Vaya usted a saber...
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