Bella mañana en la sabana. Está muy cálida y calmada esta vez. Los mosquitos pican, el sombrero de cogollo pica... y creo que, después de estar sentado en ese roñoso y destartalado jeep por más de tres miserables horas, hasta la pañoleta que compró al buhonero en el terminal y lleva en la cara para "no tragar polvo" le pican...
Ahí va el hombre. Incansable y estudioso naturalista oriundo de la capital, esta vez no llevó su acostumbrado equipo de alpinismo PROFESIONAL que compró después de su permanencia en el Auyantepui Guayanés (debió haberlo comprado antes: había comprado uno para PRINCIPIANTES que sólo tenía las sogas para escalar y los ganchos, gastó una tarjeta de cien llamando al estudio creo que hasta a su "mami" y tuvieron que bajarlo de allí en helicóptero) ni su equipo de sobrevivencia selvática cuando se metió de lleno en aquella fascinante aventura de tres meses visitando el Amazonas (¡los indios fueron claros: lo dejaron vivir de vaina y no lo quieren ver otra vez por allá, si sabe lo que le conviene! Algo habrá hecho...)
No es de por aquí. Es un foráneo que viene a j**der - perdón; quise decir investigar - la vida silvestre. No puede dejar pasar esta oportunidad de estrenar su nueva cámara digital (ésa que es hasta panorámica, ustedes saben cómo está la tecnología de loca estos días) y de pasar uno de sus tres meses de vacaciones - ¡envidia para muchos pobres diablos! - en la sabana de nuestros llanos para "entrar en contacto con la naturaleza"...
En realidad el tipo está allá porque el documental anterior fue una soberana c*g*da que le costó un realero al estudio por publicarlo (sólo para que tuviese el peor rating de la semana, por detrás de la novela y de la cadena presidencial) y tiene que hacer un documental para pagar esos cobres perdidos.
Yo, por mi parte, veo con determinada atención cómo el sujeto, previo recibimiento de los locales (se puso a tomar una cosa que nunca antes había probado llamada "cerveza" y todavía no se explica cómo terminó en su cuarto tres horas después con un fuerte ratón y con lo pantalones desabrochados), se dispone a relajarse un poco acercándose al riachuelo que está cerca de la estancia (en realidad, el tipo tomó muchas "smirnoffs" - sifrinito y "fo" el tipo - cuando salía del Nuevo Circo en Caracas rumbo a San Fernando de Apure y luego se tomó otras más antes de agarrar el ya citado mamotreto rumbo a Elorza -ESTO, APARTE DE LAS CERVEZAS QUE SE TOMÓ AHORA-, el baño de la pensión o está dañado o no hay agua o simplemente "no va a comprar empanadas desabridas que quién sabe qué carne de perro muerto le echaron ni ese queso llanero saladísimo y hediondo -¡Ay no, fo!- para poder usar esa cochinada que llaman baño", el pobre hombre se está reventando y él no tiene riñones de plomo. Así que quiere "desahogarse"en el pozo de miao detrás de donde botan la basura, lleno de gusanos y moscas verdes).
¡Ahhh....qué sabrosa la brisa de una tarde de primavera de Elorza!
El sol cae rendido ante la brillante luna que alumbra el Río Apure y el alcaraván alza el vuelo. El manto nocturno deja ver su encanto y los grillos anuncian un tranquila y hermosa exposición de estrellas y luceros.
El naturalista, lejos de maravillarse ante tan divino regalo de la naturaleza, sabe que no debe desvelarse y por tanto, tras haber llegado a la zona escogida en el monte, monta su cachivache: su "camping", sus trapos, su linterna y quién sabe cuántas porquerías citadinas más. No podía faltar su blackberry ni su NINTENDO DS para no aburrirse de noche...
Él tiene a juro qué buscar un animal al cual seguir. Quiere un cunaguaro. Y esa noche sueña que lo caza (con su cámara, porque el tipo es "ambientalista nato" y está en contra del maltrato animal. Como cangrejo, lo apoyo). Ya espera tener entre sus manos (mejor dicho en su "maquinita de hacer panorámicas) el material que lo exonerará de un posible despido del canal.
De pronto, se siente un ruido: algo está cerca de la tienda. El tipo se abriga más de la cuenta, cierra duro los ojos (con cara de estar pujando) y empieza a tararear un avemaría. Ya sea por un espíritu o un animal salvaje o, lo más común en este país, un malandro piedrero, hay que rezar...
El tipo cree lo peor. La tienda empieza a moverse y una luz lo ciega...
-"Buenas noches, ciudadano; téngase la bondad de mostrarme su identificación"
Un efectivo de la Policía Nacional, el cual rondaba por la zona...
La cosa no empeoró allí. Por suerte el tipo volvió a su tienda; pero antes, al ver que el efectivo se íba, se lleva las manos a sus "partes" y se dice:
-"Espero que esto sea sudor..."
...
Por la mañana, el hombre va. Se adentra en el monte y espera divisar alguno. En seguida lo ve. Se acerca y justo cuando lo tiene como a unos cuatros metros de distancia, el felino se va. Pensó que lo había asustado, pero en realidad era porque había visto una mapanare.
Pensó que,por haber estado cerca del felino y no de él, la serpiente en cuestión no íba a hacerle nada. Pero lo que no sabía era que...
ERA UNA EXTRAORDINARIA MAPANARE DE UNOS SIETE METROS Y, DESGRACIADAMENTE, POR UN PASO EN FALSO TRAS RESBALAR EN UN PANTANO, LA HABÍA TOCADO CON EL PIE...
El peligroso reptil no dudó en volverse a quien la había, sin querer, molestado. El tipo pegó una carrera que hasta la fecha él mismo debe creer que "ha sido la única vez que ha corrido a más de setenta kilómetros por hora".
Resguardado en un río, el tipo aprovecha para lavarse un poco. Pero lo que no sabe es que otro peligro lo acecha: LOS CAIMANES...
Debió haberse percatado que a esa hora, los caimanes tienden a refrescarse y, por mala hora, UNO ESTABA DETRÁS DE ÉL.
Apenas el tipo tuvo tiempo de escapar. Pero lo que se vió en el video fue dramáticoSólo digamos que desde entonces guarda la mitad de unos pantalones (sólo una pierna y un bolsillo) y la parte frontal de su chaleco de explorador en su escaparate personal como recuerdo de aquel día...
El tipo perdió la presa, pero tenía su recompensa: había captado con su panorámica el majestuoso animal. Además de algo de lo que le pasó con la mapanare y el caimán.
Todo íba muy bien. El hombre, con evidentes raspones (se resbaló al pisar una m**** de algún animal) producto de una caída y con la piel cubierta de llagas producto de los mosquitos (además del infernal olor a sudor y al hecho de que él es de piel sensible y no puede exponerse mucho al sol), volvía a pesar de todo triunfante y con una sonrisa en los labios. Pero como nada puede ser bueno todo el tiempo, tras volver a su tienda, la encuentra abierta, con los corotos regados, su provisión (a base de papitas, unos panes campesinos, mortadela, snickers y unas laticas de refresco que compró en el pueblo) y su DS ¡SU AMADO DS! con sendas mordidas de cunaguaro en su pantalla...
[POR RESPETO AL LECTORADO, SOBRE TODO AL MENOR DE 18 AÑOS, NO PUEDO TRANSCRIBIR TEXTUALMENTE LO QUE EL SUJETO DIJO]
Nubes tormentosas se posaron esa tarde sobre el llanero pueblo. Al regresar a la posada, con evidente cara de cansancio y algo de ira por su querido "aparatico", nuestro hombre arregla los corotos para volver a la gran ciudad...
Para completar la desgracia, cuando llegaba al Nuevo Circo, se dio cuenta que olvidó la cámara en Elorza y tuvo que devolverse. Luego de varias horas de retraso, por fin llega al estudio y estrenan el documental:
...
Tuvo, suerte...
A los directivos del canal les gustó el material, le generó expectativas a los interesados y ya se puede ver en los monitores de los aviones de Conviasa y otros servicios aéreos y sus afiliadas regionales...
-"Educativo, entretenido y con algo de humor" fueron uno de los comentarios de Daisy, la Asistenta de Producción.
Es una lástima para Erick Rafael (así se llamaba nuestro personaje) que no pudo asistir al estreno. Tras volver de Elorza, le dio una enfermedad rara (caliguevitis aguda) al pobre; y lo tienen aislado en un Centro de Salud en Las Islas Bermudas, donde todavía está y ya se está curando, gracias a Dios. Espero no le pidan que vuelva a Elorza (NI LO MENCIONEN); porque podría recaer...
El señor de la casa apaga el televisor. Yo me meto a mi cueva y sigo empacando mientras digo:
"¿Naturalista? ¡PUAJ!"

